Facebook Armando de Armas: Ayer conversaba con unos amigos y estos me recordaban el drama del buey que procuro retratar en mi novela La tabla y que, como todo en esa novela es eso y es algo más, en este caso más que nada el drama del hombre en la modernidad, así que el protagonista reflexiona de este modo:
«para ser buey hay que ser maricón, ¿verdad Calibán?, lo primero que hacen es que te tumban, amarran duro a un tronco y acomodan los cojones arriba de una piedra, entonces es que viene lo más lindo; ¡búmbata!, ¡búmbata!, ¡búmbata!; con una mandarria de dieciséis libras que te hace los cojones puré de papas, y tú, muge todo lo que quieras que nadie se va a compadecer, pues a quién carajo le interesa que un brioso toro se convierta en buey, que veas a las novillas y tengas que huir con el rabo entre las patas porque intentarlo sería mucho peor, un papelazo; o mejor, sí interesa, interesa que no tengas cojones, porque esa es la mejor manera de llevar un yugo; y todo el mundo ¡qué buey más lindo más hermoso qué nalgas para filetes y qué bien alimentado lo tiene el dueño y saludable y se ve lo atiende con el veterinario y educadito y no hace caca delante de las señoras!; el dueño es una magnífica persona que sólo se interesa porque el buey esté en buenas condiciones para que tenga fuerzas y hale bien el arado o la carreta y si hace el remolón; pinchazo, no muy duro porque él es un buen amo de bueyes y no está para hacer daño sino para resolver su problema»;
Sugiero leer una entrevista de Amir Valle a Armando de Armas publicada en Otro Lunes hace un tiempo atrás.
Ambos escritores integran la selección de los 15 autores cubanos que debes conocer. Fue publicada recientemente por Infolibros.org