Jorge Bello Domínguez periodista Independiente presenta el caso de una mujer residente en la localidad de Artemisa, provincia de igual nombre.
«En un municipio de la occidental y joven provincia Artemisa, reside una mujer con agravados trastornos mentales, epilépticos y que además, no cuenta tan siquiera con un techo donde resguardarse de las lluvias, el frio o de los irradiantes rayos de sol hace más de 14 años, en la que un evento meteorológico que pasó por la zona arrasó con su vivienda y desde esos entonces, subsiste en total desamparo, con una miseria espeluznante y constantemente engañada por la falta de humanismo las administraciones gubernamentales y de partido que han pasado por el territorio».
«Su nombre es Zoila Guzmán Morales, con “domicilio particular” en Avenida 83 # 9012 interior E/ 90 y 92 del municipio Güira de Melena, y cuya cedula de identidad registra la numeración 55111500190. Esta mujer quien se encuentra próxima a cumplir los sesenta y cuatro años de edad perdió la totalidad de su casa en el 2004 cuando el huracán Charley azotó la costa sur de la antigua provincia Habana en la madrugada del 13 de agosto de ese año y según narra la mujer y algunos vecinos allegados a la damnificada: ella misma, a pesar de su enajenación mental ha hecho esfuerzos por tratar de que le otorguen materiales o un subsidio para al menos contar con un techo donde guarecerse. Este reportero, se interesó por la situación de la señora Zoila y en visita al domicilio de la misma fue impactante lo que allí pudo constatar».
«Al encontrarme frente a la desvalida señora, me percaté de la gran tragedia que atraviesa; conversando, ella relató cómo hace varios años su fallecida madre era la que estaba a cargo de los tramites y demás gestiones con respecto a su destruida vivienda. También alegó que siempre que se presenta en la dirección de la vivienda le dicen como excusa que no hay presupuesto y otras tantas justificaciones que en nada han ayudado a Zoila».
«Durante la estancia en su derruido domicilio, se puede corroborar las caóticas condiciones de vida de la mujer, quien alegó que solo recibe del gobierno e instancias de la seguridad social una simbólica pensión de 147 pesos al mes; que se encuentra totalmente desamparada por las instituciones gubernamentales, no tiene atención médica, cuando llueve tiene que envolverse en un nylon negro de polietileno para no mojarse, y para alimentarse tiene que trabajar limpiando piso donde le paguen algo de dinero, recogiendo latas y botellas en la calle para después venderla o en lo que aparezca, para así darle dinero a la vecina –persona que por caridad- es quien le cocina y ayuda en las principales necesidades de la enferma mujer».
«Zoila de seguro continuará con las muchas penurias que presenta, es más que evidente que la falta de conciencia en los órganos estatales, el mal funcionamiento, la corrupción y el desentendimiento de sus instituciones harán que estos casos continúen incrementándose dentro de la sociedad cubana. A esta señora solo le queda rogar a Dios para que ponga un poco de conciencia en los corazones de sus verdugos para que al menos pueda tener una vejez sin tantas penurias».
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