Luisa Hernández (Juana Luisa Agudo nombre de soltera) era una adolescente cuando su papá y un tío cayeron presos en Cuba por oponerse a la tiranía en los primeros años de la llegada al poder de Fidel Castro. En las visitas a prisión cargando jabas para la familia conoció a Ismael Hernández con quien se casó despues y adoptó su apellido.
“Crecí cargando jabas y viendo los charcos de sangre de los hombres fusilados en La Cabaña la noche anterior”, enfatizó.
Había ido a su casa con la idea de entrevistar a Ismael Hernández para un dossier que preparo de perfiles de cubanos contra el poder y como siempre ocurre cuando los matrimonios abrazancausas e ideales comunes fueimprescindible conversar con ella.
Por el valor que tiene su testimonio para la recomposición de la memoria cubana decidí compartirla con mis lectores a pesar de no ser una entrevista formal ni contar con los rigores de una grabación profesional.
Lo que cuenta esa bella y amable mujer cubana es un episodio tan negro de nuestra nación que apenas me alcaza el valor para decirles sée que no los van a disfrutar, pero compártanlo en las redes sociales para que llegue a todos y coméntelo.
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