El gobierno chino, cada vez más consciente del poder político y económico que ha adquirido gracias al importante crecimiento económico y tecnológico que ha visto durante las últimas décadas, lleva adelante una fuerte campaña de control contra todos aquellos que no se adapten a su visión del mundo. Naturalmente dentro de ese grupo se encuentran los cristianos. la perspectiva cristiana de que el ser humano es algo mucho más que lo material, de que su destino definitivo y más importante no se encuentra exclusivamente en la esfera de lo material, sino que va más allá del tiempo, la geografía y de la historia, es algo que al régimen de Beijing no le gusta.
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Según https://conciencianacional.org/ en China cincuenta millones de cristianos chinos han sufrido persecución luego de la aplicación de las nuevas regulaciones sobre asuntos religiosos en marzo de 2018, según Open Doors.
La organización benéfica para los cristianos perseguidos clasifica a China en la posición número 27 de los 50 principales países donde es más difícil ser cristiano.
El gobierno chino está tomando medidas enérgicas contra los cristianos y otras minorías religiosas, apuntando a la “sinicización” de la religión, haciéndolo encajar perfectamente con la línea comunista y aumentando la lealtad a la ideología del presidente Xi Jinping. Hay planes para “contextualizar” la Biblia para que se ajuste a la cultura china. A algunas iglesias se les ha dicho que ostenten la bandera china más alta que la cruz y que canten el himno nacional antes de los servicios.
La jefa de defensa de Open Doors, Zoe Smith, dijo: ‘El aumento de la persecución de en grupos religiosos en China, particularmente los cristianos y los musulmanes uigures, es seriamente preocupante. El clima actual es tan severo que algunos pastores chinos mayores han compartido con Open Doors su preocupación de que la persecución en China pronto será comparable a la que se sufrió con el presidente Mao”.
Un panel de expertos en China realizó un seminario web el 29 de julio de 2021 en el que presentaron pruebas irrefutables de que el Partido Comunista Chino está destruyendo físicamente las vidas de millones de practicantes de Falun Dafa en China e instaron al secretario de Estado de EE. UU., Anthony Blinken, a designar la persecución de Falun Dafa como genocidio, tal como lo hizo con la represión de los uigures en Xinjiang.
Tambien en ese evento 12 relatores especiales de las Naciones Unidas plantearon el tema de la sustracción forzada de órganos al gobierno chino, en respuesta a información fidedigna de que practicantes de Falun Gong, uigures, tibetanos, musulmanes y cristianos son asesinados por sus órganos en China. En la correspondencia, los expertos en derechos humanos de la ONU pidieron a China que “responda con prontitud a las acusaciones de ‘sustracción de órganos’ y permita la supervisión independiente por parte de los mecanismos internacionales de derechos humanos”.
La práctica de extraer órganos a la fuerza de presos de conciencia como medio de castigo y para recaudar ingresos para el gobierno continúa en China. Este seminario web reúnió a un panel de expertos, investigadores y testigos sobre este tema de la sustracción forzada de órganos para brindar actualizaciones sobre investigaciones relacionadas y debatir sobre los esfuerzos globales para poner fin a la sustracción forzada de órganos en China.