El ying y el yang de la Dictadura : Tira por un lado. Afloja por el otro.
A la masa domesticada la van amoldando a cada bandazo mientras pasa el tiempo que necesita la Dictadura para reforzar sus mecanismo de control, colar fuera del país sus agentes de influencia y sus tontos útiles (no pagados), afianzarlos en el corazón de las ciudades que más importancia tienen para el “futuro capitalista salvaje” que llegó tras “Palabras de Obama-Te alabamos presidente”.
Los Opositores gritan en las calles comida para el pueblo! Leche para los niños! Los militares los arrestan y vapulean un rato para luego soltarlos y que vayan a exhibir sus rasguños y moretones ante los dispositivos electrónicos que captan imágenes.
La Dictadura anuncia: “leche en polvo, baja de precio cerca de 9 por ciento. La bolsa de medio kilogramo, que costaba 2.90 CUC, se venderá entre 2.55 y 2.65 CUC. También la ofertará en sacos de 119.85 CUC en puntos de venta de las cadenas TRD-Caribe y CIMEX tiendas bajo el control de los militares.
Los activistas enarbolan pancartas pidiendo que suban el salario y bajen los precios. La Dictadura se aparece con la historia de que le van a subir diez pesos al mes a los pensionados y le va a rebajar la cantidad de CUC que “por estímulo” cobran aquellos que consiguieron puestos de trabajo en lugares donde le pagan un porciento en divisas.
La sociedad civil no integrada a ningún grupo opositor habla en cada esquina de lo mal que está todo, del hambre, de las carencias y de la falta que hace que “quiten el bloqueo” de los Estados Unidos porque no alcanzan a entender que el peor de todos los bloqueos es el que mantiene el General de Birán en la finca mayor.
Los militares vestidos con ropa civil escuchan los lamentos y protestas en la cola para comprar pan o en la sala de espera de un cuerpo de guardia donde decenas de personas necesitan verse con el único médico que atiende las urgencias porque los demás se fueron a Mambrú y corren a informarle al Jefe lo que ocurre en las calles.
El militar de más rango vestido también con jeans y pullover marca Lacoste pero con el corazón uniformado corre a poner en aviso al estado mayor. La plana se reúne. Hay que hacer algo porque una revuelta no conviene y menos ahora.
Los disidentes viajan a todos los continentes invitados por todos los expresidentes.
La población resiste cada jornada como puede. Y el que puede se las arregla para escapar.
La Dictadura abre compuertas, quita vigilantes en los puestos fronterizos, rectifica algunos incisos de las leyes -decretos con las que han gobernado por casi sesenta años.
Ponen un policía en la puerta de todo el que ellos sospechen que puede salir a la calle gritando tenemos hambre queremos comida porque saben que el pueblo se les puede unir y la marea crecer en una época en que al General no le convienen “los tanques”.
Reblogueo, gracias
Me gustaMe gusta
Reblogueó esto en CJaronu´s Blogy comentado:
Muy buen artículo
Me gustaMe gusta