El Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas pide a la Dictadura que tome medidas para garantizar el respeto a los niños y proveer la adecuada protección a los menores. Asimismo la organización mostró preocupación por el estado de mayoría de edad que establece la Constitución cubana para los niños que señala una diferencia entre 16 y 18 años, pero deja un limbo de dos años en los que se es mayor de edad para unas cosas y para otras no.
En ese informe la ONU se refiere al nuevo escenario de las relaciones con Estados Unidos y manifiesta que aunque «abre grandes esperanzas para los cubanos, incluyendo a los niños», también «plantea grandes retos» y lamenta que la legislación no prohíba y tipifique explícitamente como delito el reclutamiento y la utilización de niños por las Fuerzas Armadas.
Por más de cincuenta años la dictadura ha estado llevando al Servicio Militar a los cubanos y para reclutarlos ha establecido como requisito que hayan cumplido los 16 años, aunque ya desde los 15 los varones tienen que ser inscritos por los padres en los registros de los comité militar donde los catalogan como «pre reclutas». Si no lo hacen puede ser sancionados.
Cientos de cubanos fueron enviados a las guerras en Angola y Etiopia (por mencionar dos países) cuando apenas habían cumplido los 16 años. Muchos no regresaron a sus casas y otros volvieron al país con secuelas de por vida. Recuerdo a un amigo en la isla que me contaba cómo fue su estancia en la guerra de Angola cuando acababa de cumplir los 18 años y presenció hechos que lo marcaron para siempre.
«Vi como cuando las «bazukas» disparaban contra los convoy y volaban en pedazos las personas. Fueron escenas muy fuertes. Los cuerpos destrozados de mujeres, de niños, de hombres que guerreaban, pero también de personas cuyo énico delito era vivier en regiones en guerra». «Esas escenas me han atormentado toda la vida me confesaba el hombre. Ya tengo más de cuarenta años y todavía me despierto por las noches con pesadillas muy fuertes. El corazón se me quiere salir del pecho y luego me cuesta mucho trabajo dormirme.
En Cuba los niños apenas cumplen 15 años tienen que anotarse en el registro militar de sus municipios como pre reclutas y ya desde el momento que cumplen los 18 pueden ser llamadas a cumplir el Servicio Militar General. Si bien es cierto que en las últimas décadas los jóvenes que están estudiando carreras universitarias solo cumplen un año de servicio militar en el pasado no se respetaba esa categoría y se los llevaban a filas desde el momento exacto en que alcanzaban la edad de 16.
Aquellos que se negaban eran considerados traidores y cumplían prisión, como fue el caos de los Testigos de Jehová.
Entre otros temas la ONU recomienda la adopción de un recurso basado en la evidencia de la venta de niños y su tráfico para la prostitución, así como reunir información para implementar medidas preventivas. En lo que respecta a internet, el informe dice que hay que asegurarse que los menores tengan un acceso adecuado al mismo y no puedan hacer un uso indebido de esos medios, al tiempo que tengan protegidos sus derechos para navegar en la red.
Por último, establece que haya «cero» tolerancia hacia el tráfico y la explotación sexual de menores, en particular los que se refieren a temas de inmigración y tomar medidas adicionales contra las personas que estén vinculados a esos abusos.
La preocupación de la ONU es excelente pero como siempre caerá en el mismo saco donde han caído otras.
II
¿Qué dicen las leyes de la dictadura sobre el Servicio Militar?
– La Ley No. 75 De la Defensa Nacional Capítulo VII Servicio Militar.
El capítulo VII define que el Servicio Militar constituye una de las vías principales que permite a los ciudadanos cubanos de ambos sexos, cumplir el honroso deber de servir con las armas a la Patria. Además establece que están exentos del cumplimiento del Servicio Militar los incapacitados físicos y mentales, declarados oficialmente como tales, de conformidad con lo establecido por el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.
¿Qué han dicho siempre los cubanos del Servicio Militar?
A pesar de que el gobierno asegura que pasar el servicio militar es un deber patrio llena de honra la mayoría de los cubanos no lo ha visto nunca así. Recuerdo a mis alumnos que terminaban el grado 12 y se iban al servicio. Luego volvían de visita a la escuela y me contaban cuánto odiaban el régimen militar, las imposiciones, los sarcasmos de los militares y las humillaciones por las que tenían que pasar.
En un artículo publicado en el sitio digital Cubanet el autor Frank Correa lo catalogaba de «un martirio» y destaca que «el primer llamado, en 1967, se recuerda como de sangre y fuego. Entre los sargentos a cargo de implantar el orden interior en aquellas primeras unidades había fanáticos del naciente comunismo. Sus excesos añadieron una dosis de aversión a las palabras servicio militar.
Los soldados eran sometidos a entrenamientos duros, dormían a la intemperie en hamacas amarradas a los árboles, y eran tratados con excesivo rigor. Mangos de Baraguá (División 50) es un nombre que aún asusta. Como El jején, en Pinar del Río, donde en cada maniobra moría un soldado; o el trabajo de sol a sol en la unidad 1005 de Holguín, muy parecida a las tristemente célebres UMAP.
A partir del decimosegundo llamado mejoraron las condiciones de vida de los reclutas, y se cambió el nombre, de Servicio Militar Obligatorio a Servicio Militar General. Entró en vigor la ley 18, que permitía a los reclutas licenciados antes de tiempo por buena conducta, iniciar o continuar estudios en la universidad. Y se instauró el sistema de pases regulares.
No obstante, todavía cuando un joven llega a los 16 años y es llamado a filas, se aterra, y, en muchos casos, se inicia la batalla por eludir el servicio. Una comisión de expertos realiza un examen médico antes de alistarlos; muchos fingen diferentes enfermedades durante los exámenes médicos para que los declaren no aptos, pero solamente los de pies planos, problemas cardíacos, úlceras y trastornos mentales se salvan de subir al camión y alejarse de la comodidad del hogar.
Los médicos casi nunca se dejan engañar por los inventos de los muchachos. Aunque a veces, según dicen, hay trucos que funcionan, como el de tragarse un botón en ayunas, que se ve como una úlcera en las radiografías. Y los pies planos son imposibles de simular, lo mismo que los problemas cardíacos.
La locura casi siempre fue descartada por los sicólogos, ya que las actuaciones de los muchachos generalmente no resultaban creíbles. Hay historias famosas, como la del recluta de la unidad Vaca muerta, en La Habana, que emplazó un tanque en una loma con el cañón apuntando hacia la formación de soldados en el polígono, amenazando con que abriría fuego; u otra, más cómica, de un recluta de la brigada fronteriza, apodado Gelatina, que para evidenciar su locura le agarró las nalgas a un coronel. Ninguno de los dos “locos” se salió con la suya.
muchos muchachos se dan tiros a propositos, o se cortan los dedos, otros finjen estar enfermos, otros se desmayan,
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