Cuba: De como y porqué el totalitarismo ha permanecido en el poder

Si deseas aproximarte a la idea de cómo y por qué el totalitarismo castrista ha permanecido en el poder por más de seis décadas, te invito a que compres y leas este libro de tan solo 250 páginas. Su autor Angel Callejas Velazquez Callejas expresó en la red social Facebook «Es un libro modesto pero contundente» que desentraña la estructura oculta del andamiaje castrista de imagen y propaganda.

En este libro no pretendemos cautivar con relatos de intrigas, conspiraciones de alcobas, chantajes emocionales, efemérides ni crónicas sobre la corrupción castrista que suelen satisfacer a los consumidores de destinos como Playa Albina, Disney World, Silicón Valley y SpaceX. Nuestra modesta intención con este libro es desentrañar una parte de la «estructura oculta» del «andamiaje» castrista de imagen y propaganda, así como explorar el funcionamiento psicopolítico del totalitarismo de Estado y el control cultural más allá de la habitual fórmula clasista opresor/reprimido.

Por ejemplo, en el libro exploro la noción, a menudo subestimada, de que la Revolución de 1959 puede entenderse mediante diversas metáforas deportivas. En este contexto, el triunfo revolucionario se identifica con el colectivo que se aburre, un ‘nosotros’ cuya existencia misma depende del aburrimiento existencial, y que decide poner fin a la Historia, requiriendo una gestión similar a la de un equipo deportivo en un pasatiempo nacional.

La Revolución no se limita a ser un mero ‘acontecimiento histórico’; ciertamente ocurre en un momento y lugar específico, pero trasciende la narrativa histórica convencional. Más bien, representa un acontecimiento que marca el cierre de un capítulo en la historia, al menos para los vencedores y los vencidos. Además, podría argumentarse que la Revolución simboliza el aburrimiento inherente al espacio de reuniones y, por lo tanto, este aburrimiento debe ser superado de manera deportiva.

Este ‘aburrimiento temporal’ no se refiere simplemente a la monotonía de la vida diaria, como comer arroz con frijoles repetidamente, sino que apunta al aburrimiento existencial, la sensación de no estar haciendo historia, que permea nuestro ser. A pesar de esto, nuestra inclinación hacia el deporte actúa como un amortiguador para este aburrimiento, proporcionando un sentido de propósito y significado en situaciones de alta exigencia.

En el ámbito político, esta tendencia hacia la deportización se manifiesta de diversas maneras, ya sea a través del juego limpio, o mediante la emergencia de líderes políticos que adoptan un enfoque serio y deportivo, instando a una dictadura que reavive el espíritu de los apáticos. La figura del líder, ya sea comandante en jefe o conductor, representa un ‘entrenador’ que moviliza y dirige deportivamente a aquellos que verdaderamente se sienten aburridos.

¿Nunca has experimentado el sentimiento de estar LPV (Listo para Vencer)? Si no es así, entonces no puedes considerarte verdaderamente cubano o revolucionario. Durante la gran ofensiva revolucionaria entre 1961 y 1968, el espíritu del eslogan deportivo «¡estoy LPV!», impregnaba el ambiente cubano, convirtiendo el fervor ideológico en una expresión popular vigorosa.

Para mantenerse en forma durante los días de efervescencia revolucionaria, era imperativo que la gente, el pueblo, el ‘nosotros’, estuviera LPV. ¿LPV frente a qué? Frente a la revolución que se avecinaba. Este estado de preparación representaba una adaptación esencial para el pueblo, mientras que para la revolución, simbolizaba su lucha y agonía trágica. Desde escritores hasta deportistas, todos los que abrazaron el espíritu LPV se sumergieron en el avance de la revolución, el socialismo y el castrismo.

¿Sigue hoy en día el pueblo, nosotros, manteniendo el espíritu LPV? Aunque la consigna ha sido relegada al olvido, su presencia persiste en el subconsciente colectivo, planteando interrogantes sobre la continuación del régimen cubano. Para muchos, este sentimiento de aburrimiento auténtico se alivia momentáneamente mediante la descarga de LPV. Cuando observamos a un ‘nosotros’ reunido, clamando «¡abajo el castrismo!», con fervor, presenciamos otra manifestación continua del espíritu LPV.

Ir al siguiente enlace

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.