«El barco que nadie quería: cómo el crucero que transportaba a más de 900 refugiados judíos que huían a los EE. UU. desde la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial se vio obligado a dar la vuelta y navegar de regreso a Europa» es el título de una información que encontré este 16 de enero mientras preparaba mi crónica de navegante.
Estaba interesada en leer reportes sobre lo que por estos días de enero se está hablando acerca de Cuba, la emigración, los barcos que interceptan en la frontera marítima cargadas de seres que huyen del terror la muerte y la desolación.
También quería saber cómo tratan los medios el tema del inicio de la presidencia de Cuba en el Grupo de los 77 más China (G-77+China) que fuera seleccionada en septiembre pasado por concenso de cancilleres reunidos al margen de la 77ª sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU).
En fin que de pronto no entendí porqué si en mis criterios de búsqueda escribí cuba foro de davos agenda 2023 me «apareciera» así de pronto un tema de «judíos».
Bueno que ya después de unos minutos me acordé que durante el fin de semana estuve hablando y haciendo búsquedas con palabras claves como: judíos ashkenazí en Cuba
Sabido es que el gigante Google y Youtube tienen mucho que ver cuando de búsquedas y prioridades se trata y que la «Inteligencia’ Artifical es muy ‘servicial’.
El enlace a la historia esta a continuación por si quieren leerla en el sitio original: El barco que nadie quería
Durante los últimos 1.000 años el pueblo judío ha sido, en su mayoría, agrupado en dos categorías: Ashkenaz y Sefarad. Los ashkenazis contemporáneos son judíos que hablan yiddish y descendientes de judíos que hablan yiddish. Los sefardíes son originarios de la Península Ibérica y de las tierras árabes.