«Décalogo del líder» por Armando de Armas Vía FACEBOOK

Armando de Armas Vía FACEBOOK

No se deprima. ¿Necesita un líder? Bien. No tiene que estar en Cuba. No deje que sea uno inflado por los medios globalistas.

Debe ser un líder natural, con obra, sea en acciones sea en pensamiento, nunca un papanatas, un don nadie encaramado en la escamosa retórica repetitiva del discurso acomplejado del momento.

No puede ser un líder aclamado por los mismos medios y organismos internacionales que nunca han apoyado la libertad de Cuba.

Un líder virtual no es un líder por muchos me gusta que tengan sus comparecencias virtuales.

Hay que conocer la trayectoria del líder, no puede desayunar en La Habana dando vivas a Castro y comer en Miami matándolo.

Un líder opositor  real sólo tiene tres opciones dentro de Cuba: exilio, cárcel o muerte.

El mejor líder dentro de Cuba es anónimo. Si es conocido y aclamado y vive no es de verdad.

El líder ideal dentro de Cuba sería un coronel anónimo que se da a conocer con el golpe consumado.

¿Piensa si la dictadura es tan despiadada como decimos por qué permitiría un líder aclamado dentro de Cuba?

Históricamente en Cuba, desde Martí y antes, el liderazgo opositor de lucha ha estado en el exilio o en Cuba sobre las armas.

El cambio de liderazgo del exilio al interior de Cuba fue un gran triunfo del raulismo y el Deep State americano.

Parafraseando a Patton, al presente un hipotético líder cubano no debería morir por la patria sino matar por la patria.

El líder es preferible que sea rico para que no tenga tentación de robar y si es pobre que lo sea por desamor a lo material.

El líder ha de tener clase y ser culto aunque no necesariamente instruido.

Es mejor que el líder responda ante Dios y no ante la partidocracia y los parlamentos.

El líder debe de alguna manera encarnar la psiquis colectiva de la nación que comanda y a la vez diferenciársele.

Es mejor que el líder actúe acorde con Dios que acorde con las encuestas.

Si un líder no cree en la supervivencia del alma por qué pondría en peligro el cuerpo, si es lo único que tiene.

Un líder sin honor no es líder es un pícaro o un payaso.

Un líder debería saber que el principio telúrico remplaza al principio uránico en occidente y que eso debe revertirse.

El líder para Cuba no puede repetir la misma retórica que aprendió en la escuela del PCC, pero al revés.

Si la ideología que el líder dice defender no es más que una versión aguada del comunismo, empújalo que es de plástico.

Si el líder dice que las hordas fascistas del régimen cubano lo atacan, olvídalo que ni siquiera sabe identificar al enemigo.

Un líder tiene que ser moral pero su moral tiene que estar por encima de la moral al uso.

El líder no tiene que ser sabio pero tiene que saber rodearse de sabios y tener el instinto y la altura de un águila.

Si el líder dice amar a los pobres huye espantado de él porque los multiplicará.

Si el líder te habla de unas nuevas tradiciones da por seguro que es un idiota porque no existen nuevas tradiciones.

Si no pondrías tu vida en manos de un médico sin diploma, por qué pondríamos la vida de la nación en manos de un improvisado.

El anticastrismo es sólo la escuela primaria de la derecha.

El líder no debe ser ni de derecha ni de izquierda sino un seguidor de la Tradición.

El líder no debe ser conservador puesto que nada hay que merezca conservarse en la modernidad, mejor contrarrevolucionario.

El líder debiera saber que el Banco de la Reserva Federal ni es Reserva ni es Federal.

Parafraseando a Lincoln el líder cubano ha de saber que tiene dos enemigos: los comunistas delante y los bancos detrás.

Por un problema no sólo ético sino estético, el líder no debiera descender de dirigentes castristas.

Si el líder dice hablar a la masa, analicemos: si a la masa de pueblo, es comunista, y si a la masa de puerco, es comelón.

Si el líder oye reguetón, descártalo.

A lo más que debiera descender un líder es al rock duro. Pero lo ideal es que oiga música clásica.

El líder debe decir si las elecciones y la democracia que quiere para Cuba son las mismas que dieron la presidencia a Biden.

Si los discursos del líder duran más de media hora, desfóralo.

El líder no tiene que ser historiador pero debe saber la historia de Cuba, sobre todo para no repetirla en sus peores puntos.

El líder debiera ser elegido por los gremios y órdenes religiosas de la nación y no por la partidocracia.

El poder del líder será simbólico, real, representativo y aglutinador, pero el poder concreto estará en las ciudades-estados.

El líder para Cuba debe haber leído a Martí, pero también a Evola y El Mito Bayam de Ángel Velázquez.

El líder debe haber sido sancionado por Face Book alguna vez y al menos por siete días.

El líder para Cuba debiera saber que no hubo una falla democrática en 2020 en USA sino que la falla es la democracia.

Tan Importante es el líder como la mujer que tenga.

El líder hace la historia pero su mujer es la historia.

Un buen líder ha de ser amado por las mujeres y respetado por los hombres.

Veamos la relación del líder con la madre, a menudo los grandes hombres han tenido una relación conflictiva con la madre.

¿Se necesita un líder? Sí, sin dudas, noventa por ciento de las personas son más libres con un jefe que sin jefe.

Sin líder no hay país, peor, no hay nación.

El líder no debe tener nombretes aunque puede tener un alias de altura.

Un líder lo es hasta en calzoncillos y aún sin ellos.

Cada vez que veas aparecer un paracaidista pregúntate por el avión que lo dejó, haz lo mismo con el líder.

Al líder no pueden haberle quitado la merienda durante el recreo en la escuela.

Si el líder estuvo en prisión no pudo haber lavado calzoncillos ajenos.

Si el líder va al mercado verá a todos con bozal aunque ya no es obligado. Sabrá que son esclavos pero aun así no debe abusar.

El hombrecito moderno no sólo es el más esclavo de la Historia sino que ni siquiera lo sabe. El líder no debe desconocerlo.

El líder sabio sabe que manda sobre almas esclavas pero que debe manejarlas como si fuesen almas libres.

Si el líder no quiere ser sacrificado debe alimentar la redención de las almas pero no redimirlas.

El líder conocerá que a menudo los nuevos ricos tienen alma de esclavos en mayor proporción que el resto.

El líder sabrá que a menudo un alma esclava se redime mediante la acción heroica.

Contrario a Martí el líder debe saber que el amor a la patria si es el amor a la tierra que pisan nuestras plantas.

La patria de Martí era una patria política, la patria del nuevo líder ha de ser la del paisaje y la sangre.

El líder debe saber que la patria política es artificial y que la patria del paisaje y la sangre es real.

Si el líder tiene buenas ideas con resultados malos, no se deje engañar: está dominado por malas ideas y no es buen líder.

El líder no tiene que amar a la humanidad el líder tiene que amar a su nación.

El líder tiene que saber confiar más en el interés de los hombres que en la bondad de los hombres.

Conforme no debieras irte a la cama con quien no te haga reír, tampoco sigas un líder sin sentido del humor.

Un líder sin sentido del humor pudiera tener sentido del horror.

El líder debe tener sentido del humor pero no puede ser un payaso o un pujón.

El líder ha de ser consciente de que quien traiciona una, traiciona dos.

El líder debe desconfiar de quienes en demasía le entonan cantos ditirámbicos.

El líder debe escuchar las sugerencias de sus subordinados, contrastar con las suyas y escoger.

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