Armando de Armas.
Siempre me llamó la atención en Cuba como el comunismo era el mundo al revés, un mundo no ya de mentiras sino donde el mentiroso, el cobarde, el inepto, el de mente gallinácea y accionar meramente estomacal, el del cerebro conectado al ano y el contrahecho de cuerpo y espiritu ocupaban los primeros planos.
Luego he visto bajo el sistema democrático-bancario-liberal un esquema similarmente invertido. Un mundo en ambos extremos que mucho se parecen y que no dudaríamos de calificar como infernal. Bien, leyendo Dogma y Ritual de la Alta Magia del escritor y taumaturgo francés Eliphas Levi, me topo con este fragmento donde describiendo el infierno, describe exactamente y sin pretenderlo al comunismo y, de paso, el reino de la cantidad que es el mundo de la democracia financiera:
«Yo me llamo legión, dice en el Evangelio el espíritu de las tinieblas, porque somos en gran numero. En el infierno, reino de la anarquía, es el número el que hace la ley y el progreso se verifica en sentido inverso, es decir, que los más avanzados en desarrollo satánico, los más degradados porconsiguiente, son los menos inteligentes y los más débiles. Así una ley fatal impulsa a los demonios a descender cuando creen y desean subir. También los que se dicen jefes, son los más impotentes y los más despreciados de todos».