Angel Callejas de Velazquez Tomado de Facebook de Angel Callejas
«Cuando yo muera, lo que tú deberás hacer será sellar todo lo que dejo, amarrarlo y clausurarlo durante cien años en un archivo. La época todavía no está lista para entenderme», escribió el ex-nazi Heidegger un año antes de morir, en 1976, a su hijo Hermann. Se trataba de los crípticos y exotéricos «Cuadernos Negros» de 1931-1976.
Fritz Heidegger, hermano del filósofo de la Selva Negra aludía a estos cuadernos en una carta a Hugo Friedrich en 1950 en los siguientes términos:
«Heidegger es completamente él mismo en los manuscritos propios (no en las lecciones y conferencias); estos propios manuscritos están aquí casi intactos, solo pocos han sido transcritos. Aquí aparece aquella actitud fundamental que debería ser principio y fin de todo filosofar; yo la llamo desde hace tiempo humildad. Aquí, en estos manuscritos se hallan ocultas las preciosidades y delicias del pensar heideggeriano. Espero que permanezcan ocultos largo tiempo”.
A partir del 2014 se comenzó a publicar los primeros 4 tomos de los Cuadernos Negros en Alemania, y las primeras traducciones en español en 2018.
En un lugar de esos Cuadernos se lee:
«Si la política como tal elige un «almazon» entre Estado, técnica y olvido del Ser, como un mismo fenómeno, es posible comprender la igualación metafísica entre americanismo, y su democracia liberal; bolquevismo, y el comunismo; y del judaísmo, esto precisamente porque lo que está en juego es la organización total de la existencia, la manipulación y acopio para la explotación y el cálculo. Todos estos son modos predominantes en que se organiza el predominio de la imposición y la maquinación del hombre y el mundo, es decir, la historia».
¿A qué se refería Heidegger con el armazón? Ni usted ni yo tenemos el «moropo» para entenderlo. Puedo sugerir una idea, quizás descabellada. Ni el «sujeto capitalista» ni el «sujeto liberal», ni el «sujeto comunista- socialista», ni la «democracia liberal» son sujetos de diferenciación. Todos juntos constituyen la misma mierda política.
¿Hacia dónde se dirigía Heidegger? Se lo cuento en un próximo post.