Algunos les dicen pueblos fantasmas pero en realidad son pueblos y caseríos que la Dictadura olvidó o destruyó luego de prometerles prosperidad y bonanza. Abundan en toda la isla y viajan en una carrera sin límites hacia la época medieval y la gente termina diciendo que si la capital está destruida y algunos barrios parecen pueblos embrujados o fantasmas qué se puede esperar de aquellos rinconcitos lo unico que entra diariamente es la luz del Sol.
Comparte conmigo fotos de lugares que reúnan esas características.
En la década del sesenta del siglo pasado la Dictadura vendió la idea fomentar “planes” socio culturales para poner el desarrollo del país “a la misma altura”. Los dirigentes provinciales y municipales del Partido Comunista y el Poder Popular dedicaron sus discursos la idea de encaminar el país hacia “el progreso”.
Y la alucinación colmó cada rincón del país. Destruyeron, demolieron, aplastaron instalaciones que olieran a “pasado” y ordenaron hacer otras. Cada “consejo popular” (barrio) y los municipios tuvieron que edificar los módulos del progreso (entre ellos bibliotecas, casas de cultura, galerías de arte, y más tarde le fueron adicionando las salas de computación).
Pero cincuenta años después la mayoría de esos territorios siguen siendo pueblos olvidados, tristes, polvorientos…
A principios de 2017 un reportaje de un colega abordó el tema de las comunidades aisladas o pueblos fantasmas (como suelen decirles) y la mayoría de los consultados dijeron que una de las razones por las que están así es por la falta de transporte para llegar hasta esos lugares.
No obstante todos sabemos que no es esa la única razón por la que esos caseríos languidecen.
Y el ejemplo son ciudades como La Habana, Santiago de Cuba donde no es la falta de vehículos para llegar allí lo que causa la desolación.
Aquí les dejo el enlace de una publicación donde el periodista cubano Julio Batista amplia sobre el tema.