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Izquierda, derecha… todo responde a una agenda

Dos post en redes que abordan temas medulares de la sociedad y del momento que nos toca vivir. Cada autor de los post expresa sus puntos de vista a partir de sus experiencias. Puedes estar de acuerdo con todo o dispcrepar pero vale la pena leerlos y analizarlos.

Izquierda, derecha… al final, todo responde a una agenda donde solo existe una manera de mirar el mundo y una única dirección posible para avanzar hacia el futuro.

Martin Vars expone las razones por las que su vida dio un giro a la derecha al tiempo que Bruno Bimbi cuestiona la labor de los periodistas que «no deberíamos transcribir gacetillas de prensa en los medios, sino investigar y publicar la información que esconden los prenseros».

MI GIRO A LA DERECHA por @martinvars: Crecí en un ambiente intelectual donde ser progresista no era una opción: era la única manera aceptable de mirar el mundo. Las cenas familiares, las conversaciones entre amigos, los debates universitarios… todos compartían el mismo aire: la izquierda era bondad, compasión, justicia; la derecha, atraso, intolerancia, egoísmo. Yo, como tantos, lo acepté. Era cómodo: me daba un lugar en la tribu, me convertía en “una buena persona” sin necesidad de demostrar nada más.

Pero lo que descubrí con los años, a través de mi experiencia vital y empresarial, es que aquella comodidad tenía un precio altísimo: vivir cargado de culpas que no me correspondían, de miedos que me robaban la serenidad, de una ansiedad que me alejaba de la vida plena.

El progresismo me imponía una mochila invisible. Dentro de ella había piedras con nombres muy claros.

La primera se llamaba culpa histórica. Por ser blanco, por ser argentino de origen europeo, por vivir en Occidente, debía arrastrar la idea de que mis antepasados eran culpables de todo lo malo: la esclavitud, el colonialismo, la opresión. Poco importaba que yo no hubiera esclavizado a nadie ni colonizado nada. Era suficiente con ser parte de la civilización que más había avanzado en la historia humana: eso me hacía sospechoso.

Lo que nunca se mencionaba era que la esclavitud existía mucho antes de Occidente, que reinos africanos vendían esclavos a comerciantes musulmanes durante siglos, y que fue Occidente quien abolió esa práctica inmoral. Gran Bretaña prohibió la trata en 1807 y destinó su marina a liberar esclavos en África. Estados Unidos libró una guerra civil que costó más de 600.000 vidas para acabar con esa institución. Ninguna otra civilización hizo un esfuerzo comparable.

La segunda piedra se llamaba culpa climática. Recuerdo cuando me subí por primera vez a una loma en Castilla y vi, en el horizonte infinito, decenas de aerogeneradores recortando el cielo que nuestra empresa Eolia Renovables había construido. Giraban lentamente, blancos y perfectos, como gigantes impersonales. Muchos lo veían como progreso. Yo también. Pero con los años, esa imagen cambió en mi mente: aquellos molinos eran cicatrices. Donde antes había campos de trigo dorado y llanuras limpias, ahora había un parque industrial disfrazado de campiña.

La escena se repitió en Andalucía, donde los olivares se extendían como un mar verde y antiguo. Vi cómo los arrancaban para plantar placas solares. Fila tras fila de paneles azules reemplazando siglos de historia agrícola. Olivos que habían dado sombra a generaciones convertidos en chatarra, sustituidos por una estética metálica y fría. España, un país cuya riqueza también es su belleza, se iba llenando de infraestructuras que afeaban el alma de sus tierras y atentaban contra la primer fuente de ingresos del país, el turismo.

Todo esto lo viví con una convicción profunda de estar salvando al planeta. Me había convencido, como millones, de que el mundo estaba al borde del colapso. Vi el documental de Al Gore, escuché a Greta Thunberg, leí titulares que prometían un planeta devastado en diez años. Sentí miedo. Y ese miedo me llevó a Co fundar Eolia Renovables. En el fondo, buscaba pagar culpas por mis emisiones. Era una especie de indulgencia moderna: contamino, pero planto molinos.

El resultado lo conocemos: apagones, facturas de luz duplicadas, una red eléctrica inestable y ancianos que mueren en olas de calor que siempre existieron porque no pueden pagar el aire acondicionado. El apocalipsis climático nunca llegó, pero el costo humano, económico y cultural de esa utopía verde sí.

Un Giro a la Derecha/ Publicado por MartinVarsavsky.net

20 Post de Bruno Bimbi-

Bruno Bimbi/@bbimbi–Ustedes me perdonarán (o me insultarán, o dejarán de seguirme, ya lo sé), pero yo sigo creyendo que los periodistas no deberíamos transcribir gacetillas de prensa en los medios, sino investigar y publicar la información que esconden los prenseros.

///Si algún burócrata de la ONU saca una gacetilla diciendo que “una comisión independiente de la ONU concluye que Israel está cometiendo genocidio”, un periodista debería averiguar por ejemplo quiénes integran esa comisión, quiénes los contrataron y qué tan independientes son.

///Y si, por ejemplo, descubre que uno de los tres integrantes de la comisión es Navi Pillay, que apoya el movimiento antisemita BDS y estuvo en el centro del escándalo de las conferencias racistas de Durban de 2001 y 2009 (en esta última participó como estrella invitada el expresidente de Irán, Mahmoud Almadineyad), esa información no debería omitirse. ¿No les parece?

///La conferencia de 2009, organizada por Pilley, fue uno de los mayores escándalos de la historia de la ONU y tuvo como únicos objetivos legitimar el antisemitismo y ocultar bajo la alfombra los crímenes de odio contra la población LGBT. Eso llevó a que varios países occidentales la boicotearan y Pilley terminara quedámdose sola con Almadineyad y Gaddafi, el caricaturesco dictador libio, que le armó el comité preparatorio.

///¿Y qué decir si descubrimos que Pillay defendió el levantamiento de las sanciones internacionales contra Robert Mugabe, dictador de Zimbabwe y violador serial de los derechos humanos?

///Pero la cosa no termina ahí.

///Otro de los tres integrantes de la “comisión independiente” es el conocido antisemita Miloon Kothari, defendido en 2022 por Pillay cuando dijo que Israel no debería continuar siendo miembro de la ONU y afirmó que las redes sociales “están controladas por el lobby judío”. ¿Les suena el argumento?

///¿Y quiénes eligieron a esa comisión “independiente”?

///El Consejo de Derechos Humanos de la ONU, un reconocido club de violadores seriales de los derechos humanos.

///En mi libro “El fin del armario” cuento cómo, a lo largo de los años, ese organismo ha sido colonizado por dictaduras y regímenes teocráticos y/o totalitarios y usados ​​sistemáticamente para ocultar las violaciones a los derechos humanos de la población LGBT y atacar a Israel con cientos de informes como el de esta comisión, que siempre son encargados a supuestos “expertos independientes” que, cuando rascás un poco, son como Pillay y Kothari.

///O como Richard Falk, que trabajó con Pillay en la ONU y ocupó el mismo cargo que hoy ocupa la fanática Francesca Albanese.

///Falk justificó atentados terroristas en Boston alegando que eran actos de «resistencia», afirmó que existía una conspiración entre el gobierno estadounidense y la «comunidad judía organizada» para robar tierras palestinas, defendió a Gaddafi y publicó en su blog una caricatura en la que aparecía la «Dama de la Justicia» guiada por un perro rabioso con una kipá en la cabeza y las iniciales «EE.UU». en su ropa.

///El perro judío rabioso devoraba un esqueleto humano, salivando sangre.

///Fue tan escandaloso que hasta Pillay reconoció que su “relator especial” era un antisemita. Pero, hasta que ese escándalo lo desacreditó, Falk escribió informes sobre Israel para la ONU y fue citado en los diarios del mundo como experto independiente.

///Uno de esos informes, en 2017, tuvo mucha repercusión porque “la ONU” decía por su boca que Israel estaba cometiendo “apartheid”. Falk lo escribió junto a Virginia Tilley, una profesora que militaba en el BDS y escribía para el sitio web The Electronic Intifada. Pagos por la ONU.

///António Guterres, avergonzado, criticó el informe y pidió su eliminación del sitio web oficial de Naciones Unidas.

///¿Y quién les había contratado el “informe de la ONU”, que tantos medios publicaron sin vestir, a Falk y Tilley?

///Otra comisión, la Comisión Económica y Social para Asia Occidental, entonces presidida por un diplomático iraquí. Podría seguir, pero, al fin, dice la ONU que…

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