A partir de los post que escribió en X @geoestratego el 17 de noviembre:
Hay quien sigue viendo filón en desprestigiar a Iker Jiménez @navedelmisterio. Estos oportunistas de medio pelo todavía no han entendido que lo único que consiguen en aumentar su leyenda. No van a poder con Iker, por más que lo intenten. Iker tiene lo que sus detractores nunca. Enlace
COMENTARIOS Y SUGERENCIAS en los post del coronel.
@GregoDelaMancha Hay que predicar con el ejemplo y no vender humo como lo hacen.
@geoestratego La encrucijada mundial: «Sabremos que nuestra organización empieza a difuminarse cuando los mediocres leales permanecen y los brillantes críticos se van». https://gregodelamancha.blogspot.com/2020/08/vender-humo.html
Noviembre 17-“Toda noticia es falsa hasta que se demuestre lo contrario” el título del nuevo trabajo de Mauro Brissio parte de la premisa de que el periodismo murió cuando los periodistas dejaron de escribir para sus lectores y empezaron a hacerlo para sus jefes. Fue en ese instante –sostiene el autor- cuando la profesión periodística comenzó a venderse al mejor postor y a servir a los intereses de quien pueda pagar el alto costo de las mentiras. Para seguir leyendo visite el sitio
Segmentos: Brissio señala que la “industrialización de la mentira” está cambiando la manera de informar, financiando a profesionales de la comunicación, de la publicidad, de la sociología y del marketing para promover un nuevo tipo de periodismo que aboga más por fortalecer los prejuicios de las personas que por informar con la verdad.
En su trabajo el autor sostiene que “ni siquiera se trata de una cuestión ideológica porque un periodista puede ser de derecha, de izquierda, católico, ateo, musulmán, peronista, macrista, lo que sea, pero si difunde una fake news deja de ser un periodista para convertirse en un operador político peligrosísimo para la sociedad”.
Mauro Brissio lo explica sosteniendo que un periodista que miente es como un medico que enferma intencionalmente a sus pacientes o un policía que roba a la ciudadanía. Así de grave es y así debe entenderse.
La difusión de noticias falsas vulnera la dimensión social y colectiva del derecho a la libertad de pensamiento y expresión consagrado en el artículo 13 del Pacto de San José de Costa Rica. Lo anterior al margen de la creencia acreditada por muchos que entienden que este derecho solo protege al sujeto emisor dándole la posibilidad de difundir información e ideas de toda índole. “Este derecho –sostiene Brissio- va mucho más allá y protege a las audiencias, es decir, a los que reciben información”.
El libro expone las bases de un debate que tarde o temprano tendrá que darse en la Argentina relacionado a la necesidad de sancionar las mentiras porque el periodismo necesita sentir el rigor que sienten los demás profesionales cuando hacen mal su trabajo. Porque así como al médico se lo sanciona por mala praxis, al abogado se le quita su matrícula y a un docente se lo somete a un sumario, en cambio al periodista muchas veces se lo premia con un galardón.
Turismo cultural
Este 2023 al ser un año electoral se convertirá en el año de mayor desinformación y noticias falsas en la historia de nuestro país. El libro pretende ser un llamado de atención y un aporte para evitar que se ponga en riesgo la democracia, porque la crisis de la verdad a la que las corporaciones mediáticas conducen a la ciudadanía es responsable de impedir los acuerdos que se necesitan para vivir en una comunidad organizada.
OTROS PUNTOS DE VISTA: (Un extenso análisis que vale la pena leer) Aquí les dejo algunos segmentos.
Febrero 2023 El periodismo de Estados Unidos está en crisis. No lo dicen únicamente los sondeos –según un informe del Instituto Reuters de 2022, solo un 26 por ciento del público piensa que los medios son creíbles, la tasa más baja entre los 46 países encuestados– sino que lo confirman los propios reporteros.
En un largo artículo comisionado por la prestigiosa Columbia Journalism Review (CJR) –una especie de revista madre del gremio y guardiana autonombrada de su integridad–, el veterano periodista de investigación Jeff Gerth concluía que “los cometidos primarios del periodismo, informar al público y exigir cuentas a los intereses de los poderosos, se han visto minados por la erosión de las normas periodísticas y la falta de transparencia de los propios medios con relación a su trabajo”.
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Segmentos: Según Jeff Gerth, el periodismo en Estados Unidos está en crisis porque ha dejado de respetar sus propias normas, como demuestra el fracaso mediático que fue el ‘Russiagate’.
Bueno, la verdad es que en Estados Unidos llevamos décadas viendo grandes fracasos mediáticos. Solo hace falta recordar la cobertura desastrosa, después del 11 de septiembre de 2001, con respecto a Irak. No solo el New York Times sino todos los medios mainstream se tragaron sin rechistar lo que decía el Gobierno de Bush sobre las armas de destrucción masiva, mientras incluso revistas progresistas como The New Yorker o The New Republic apoyaban la guerra. En The Nation nos resistimos. Pero recuerdo que nos sentíamos muy solos, clamando en el desierto. Porque además no hacía falta ser ningún genio para percatarse de que el emperador estaba desnudo. Bastaba comparar las alegaciones con los hechos aportados para concluir que era todo mentira.
Con respecto a lo que escribe Gerth, es verdad que muchos medios mainstream se dejaron llevar por una especie de histeria con respecto a Rusia.
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