Inauguración de olimpiadas ahora, hace un tiempo atrás la apertura del túnel de San Gotardo en Suiza dejó estupefactos a los asistentes pero esa vez no tuvo la relevancia del actual. Obvio no fue un evento mundial como el que se acaba de ofrecer en París.
La ceremonia de apertura del túnel de San Gotardo en Suiza, el túnel ferroviario más largo del mundo, se convirtió en un tema candente entre los teóricos de la conspiración debido a su inusual y, para muchos, escalofriante espectáculo de inauguración.
Algunos observadores creen que la ceremonia estuvo cargada de simbología oscura y mensajes ocultos, sugiriendo la presencia de sociedades secretas y agendas ocultas. El evento incluyó una serie de actuaciones con bailarines que llevaban máscaras de animales, figuras encapuchadas y extrañas criaturas antropomórficas, lo cual algunos interpretaron como un ritual pagano o una representación de deidades arcaicas.
La inclusión de una figura masculina que se asemejaba a un «hombre cabra», junto con imágenes de ángeles caídos y otros símbolos religiosos, fue vista por muchos como un homenaje a Baphomet, una figura asociada con el ocultismo. Algunos teóricos sugieren que la ceremonia fue un acto de revelación de la élite, mostrando su control y poder sobre las infraestructuras globales a través de símbolos esotéricos.
La ubicación del túnel, cerca del antiguo paso de San Gotardo, también ha sido vinculada con leyendas y mitos relacionados con fuerzas sobrenaturales y el control sobre el viaje entre reinos.
Para los más conspiranoicos, este evento no fue una mera celebración de ingeniería y progreso, sino una especie de ritual de inauguración del «Nuevo Orden Mundial», donde los poderes ocultos del mundo afirman su influencia y dominio a través de una elaborada ceremonia pública.
La extravagante y a menudo perturbadora puesta en escena alimentó estas teorías, dejando a muchos preguntándose si había más de lo que se veía en esta ostentosa inauguración.