La ONU creada a partir de 1945 como la organización que tenía facultad para regular conflictos y otra guerra mundial como la que acababan de vivir en aquella etapa ha torcido los caminos y hoy la veo como el escenario donde cada cierto tiempo se presentan decenas de documentos que constituyen denuncias de violaciones.


En los regímenes comunista siempre es difícil probar cualquier denuncia contra los que ocupan el poder y mucho más cuando el traspaso de «líderes» queda en la familia o en el selecto círculo de los confiables para seguir el dogma.
Tanto en China como en Cuba donde imperan los infames partidos comunistas se dan fenómenos horrendos y repudiables que por mucho que me duele decirlo se convierten en un gran problema a la hora de probarlos ante organizaciones defensoras de derechos humanos.
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