El Caballo de Mayaguara y sus crímenes en Escambray

Gustavo Castellón el Caballo de Mayaguara fue uno de los bandidos en la región  Escambray encargado de hacer el trabajo sucio que le ordenaron los comunistas desde que se instalaron en el poder en 1959.

Un individuo que  cometió todo tipo de abusos y crímenes en la región Escambray en la década del sesenta.

Un ser despiadado al que le asignaron la misión de dar caza a los insurgentes que se alzaron en armas en el Escambray y que el alto mando del país denominó BANDIDOS para descalificarlos.

Una bestia que desde el momento en que decidió ponerse al servicio de Fidel Castro y la hornada de seguidores que formaron el ejército rebelde, enriqueció su historial con asesinatos y violaciones de todo tipo.

Uno de los tantos que la dictadura convirtió en héroes a través del brazo armado tipico de los sistemas totalitairos: entiéndase la televisión, el cine y la asignatura de Historia que se imparte en las aulas cubanas.

El-Caballo-de-MayaguaraNo les cuento más del Bandido en el Escambray. Son sus propios testimonios los que me llevaron a hacer lo comentarios anteriores.

Su verdadera esencia fue revelada por él mismo en los testimonios que dieron vida al libro escrito por Osvaldo Navarro titulado El Caballo de Mayaguara.

Allí -El Caballo- relata sus andanzas en el Escambray en la época en que decidió “cazar y matar» hombres alzados en armas para evitar que avanzaran en la ofensiva  contra los que estaban en el poder.

Les comparto algunas de las anécdotas que le contó a Osvaldo Navarro.

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Edición consultada para este artículo

(Aunque hay frases que pueden ser consideradas obscenas y de mal gusto  no se hizo ningún cambio pues la verdadera esencia de muchos de los hombres-milicianos y oficiales que participaron en esa lucha hablan por la propia boca de ellos).

…Pero un día me enredo en combate con el gallo aquel y cuando lo veo delante de mí, le digo: ‘Te cogimos en un cerco arriba de un palo, el gobierno revolucionario tuvo una consideración contigo, y te volviste a alzar. A título de lo que habías hecho antes y lo que has hecho ahora te ganaste los grados de capitán. Tú eres el asesino de Valentín Alonso, y de su hijo, y de Ricardo Díaz. Pues te cagaste en tu madre cabrón’. ‘Cogí el FAL, hice así: raaaaaas, un rafagazo, y voló en el aire. El peo tiene que haberse oído en Santa Clara’.‘Y díceme después el comandante Tomassevich: “Caballo la orden es de cogerlos vivos”. Y dígole ‘Yo lo sé, comandante, pero con este no me pude contener’.

…Pero no era ese mi estilo, porque cogí a muchos de ellos heridos, que me decían: ‘Acábame de matar, Viejo e mierda, comunista e mierda’. Y yo les decía: ‘No, que te maten los tribunales. Si eres un asesino no te salvas, pero si no, seguro que te condenan, pero yo no tengo que matarte’.

…y el mondongo se le cayó para el suelo y le daba brinquitos. Y cuando llegó a donde estaba, me decía: ‘comunista, el coño de tu madre, hijo de puta, acábame de matar’. Y como ya venía   medio ciego por lo del asesinato del miliciano, le dije:’Y te la arranco cabrón’. Había una clase de frío en aquellas lomas. Hice así: Brrrrrruuu, con la  FAL, y le salió humo del pelo, de la neblina que había.

…me dan la orden de agarrar a un individuo que venía de   Fomento y entraba hasta La Redonda. El hombre no pedía dinero. Lo suyo era llevarse maíz, yuca, boniato, plátanos y cosas así, pero estaba afectando la zona. Me dijeron: ‘Caballo tú que andas por ahí, mira a ver si te empatas con ese ratero…y si tienes que ahorcarlo, lo ahorcas…’

…Cogí al tipo y me lo llevé para abajo de unas  matas que había. Le puse una soga en el cuello y la tiré por encima de un gajo con la idea de ahorcarlo. Recuerdo que me eché para atrás  sobre el caballo en que andaba con la idea de cumplir la orden que me habían dado. Pero el hombre traía un niño, un niño como de diez años. Y cuando le puse lo soga al cuello, que lo iba a levantar, el niño se abrazó llorando y le dijo: Ay papito o algo así. Aquello, como padre al fin y como hombre de buen corazón, me llegó al alma.

  (Otro de los testimonios de Gustavo Castellón en el libro «El caballo de Mayaguara»  del escritor Osvaldo Navarro editado en Cuba por la Editorial Letras Cubanas en l984.)

.Porque mucha gente no sabe que en aquellos tiempos había una confusión muy grande. Y eso no lo he visto en la mayoría de lo que se ha escrito y en las películas que se han hecho  en el Escambray. Hay algunos que pintan la cosa muy sencilla y ven nada más que la parte linda. Bien se ve que no estaban  aquí. No creo que sea yo el más  apropiado para estar analizando lo que pasó. Yo hablo a grandes rasgos. Pág.93.

.Al principio, aquí no se sabía quién era quien .Lo mismo se te alzaba un campesino, que un terrateniente, que un oficial del Ejército Rebelde. Y había que estar muy claro para saber dónde estaba el hijo de puta. Se cometían muchos errores, porque casi nadie sabía como había que hacer las cosas, y porque hubo quienes se equivocaron medio a medio respecto a lo que era la Revolución y se la quisieron coger para ellos. Y aquí en el Escambray se hicieron atrocidades. Hay que decirlo: se hicieron atrocidades. Pág.94

.Yo recuerdo siempre el caso  que se dio en una familia que tenía cuatro hijos, uno de ellos había pertenecido  al Ejército Rebelde y fue licenciado sin ningún motivo, recibió muchas humillaciones. Pues el muchacho se alzó contra la revolución. Entonces los otros tres hermanos eran revolucionarios y participaron en la limpia, con un valor tremendo. Y me parece que fueron ellos mismos los que cogieron a su  hermano ¡Que tragedia! Yo digo que eso se pone en una película y hace llorar. La lucha entre aquellos hermanos y los padres sufriendo…Pág.94

.Aquí hubo momentos en que había más de cincuenta mil hombres sobre las armas, porque Fidel dijo que si una aguja se perdía en el Escambray, había que encontrarla. Pag.97

El ‘Caballo de Mayaguara’ narra cómo fue el combate donde el y sus hombres masacraron a    11 hombres alzados en Sabanas del Moro cerca de Manicaragua. Para  capturarlos el caballo contó con miles de milicianos.

Pues bien, veo a Porfirio Guillén que estaba allí disparando, le apunté y le tiré como de costumbre, parado en firme, y le di como tres tiros. El tipo se caía y se paraba, se caía y se paraba otra vez. Botó el M-3 y se repuso. Dígole a Luis Barrizonte ¿Qué tiene ese hombre que no se cae? Y fue dando tumbos hasta la punta de caña donde Evaristo Cabrera lo remató. Pág.-105.

Los reportes oficialistas dicen que: Gustavo Castellón murió el 22 de abril de 1991 con grados de Mayor de las FAR.  

«Los vecinos dicen que el Caballo se suicidó allí en su casa de Cumanayagua y que murió en la miseria y el olvido».

II

Otros testimonios del bandido que aparecen también en el libro de Navarro fueron republicadas en el periódico Escambray  de la provincia de Sancti Spiritus.

Aquí les comparto  el enlace   Escambray  y  un segmento.

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…Por eso, cada vez que me enredaba en combate con ellos, le decía a mi tropa: “Muchachos, no dejen ni las raíces de los criminales estos”. Pero también, porque cada vez que decía esto, ya tenía uno de aquellos muchachitos míos agonizando o muerto. Y cuando nosotros tirábamos cuatro relinchos en las lomas esas, la gente comentaba: “Por ahí va la gente del caballo”. Je, je. Y eso era cagarse.

(…)
Todo eso tuvo que hacerlo el Caballo de Mayaguara, porque eran tiempos muy difíciles aquellos y la lucha era a muerte. Nosotros luchábamos contra salvajes, porque aquellos no eran hombres. Allí no había el más mínimo sentimiento humano. Que nadie sabe lo que hubiera pasado en este país si ellos hubieran logrado un triunfo, aunque fuera por poco tiempo. No me imagino cuántos cubanos hubieran muerto en sus manos. Eso deberían saberlo los muchachos nuevos y los que vengan después que quieran saber lo que pasó en el Escambray.

Ayer leí en la prensa oficial que la Televisión Cubana va a presentar por estos días la serie televisiva La otra guerra inspirada en ese caballo.

 

 

9 comentarios en “El Caballo de Mayaguara y sus crímenes en Escambray

  1. Diga señora Idolidia si uno de esos muertos del Caballo de Mayaguara era inocente, es lamentable este artículo, por estupideces como la de su artículo ustedes los que dicen luchar en contra de este gobierno no tienen credibilidad alguna.

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  2. Digan lo que digan el caballo de mayaguara es un héroe de su pueblo que hizo una revolución y la defendía , la defiende y la defenderá contra los psiquitrillados que osen arebatarnosla. Es cierto el enfrentamiento fue duro y el caballo estuvo al lado de su pueblo, no de los que querían imitar a los yanquis y darles el bobajo a los pobres y humildes. El es un verdadero patriota. Por eso los buenos cubanos lo honramos. No olviden que el Caballo actuó en tiempos de guerra. No asesinó a maestros, a niños a mujeres como hicieron los bandidos del escambray. Parece que quieren cambiar la historia hacer de los buenos malos y de los malos buenos. Vivan los verdaders héroes de de la patria, una patria sin amos como nos la legaron Martí, Céspedes y Fidel.

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    1. Eres una bestia inmunda y un comunistón facistoide. La yegua asesina esa murió como se merecía, rodeado de diplomas y cucarachas, en la más increíble miseria, olvidado por todos. Se suicidó pues en el ocaso de su vida sus muertos no lo dejaban dormir. Tuve un final muy merecido. Justo como se merece todo comunista asesino, valga la redundancia.

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  3. Es realmente sorprendente la indolencia de Idolidia. Esta señora no tiene escrúpulos, porque sí, es verdad que El Caballo de Mayaguara fue un individuo rebelde, que actuó muchas veces por la libre. De hecho según tengo entendido lo sacaron de allí por sus indisciplinas. Obviamente Tomasevich le indicó que prisioneros vivos, como siempre ha sido desde la Sierra Maestra y El Caballo desató su furia contra individuos que eran verdaderos asesinos. Mire Idolidia, la historia, como el sol, no se puede tapar con un dedo. Si bien es un error llamar «mercenarios» a los que invadieron Bahía de Cochinos, pues mercenarios son los que se alistan por dinero para una acción armada, es una flagrante falta de respeto no decir que los bandidos eran esos alzados que se vanagloriaban de ir a casas de campesinos, ahorcar a estos e inclusive a muchachos, casi niños, como Conrado Benítez y Manuel Ascunce… simplemente porque estaban enseñando a leer y escribir a los guajiros.
    Siempre he pensado que invadir Girón y luego apoyar a esos asesinos en el Escambray, unido a tirotear costas en lanchas matando a gente inocente, infiltrar plagas y enfermedades y volar un avión lleno de chicos deportistas que venían de Barbados a Cuba… todas esas cosas son las que han hecho más fuerte al Gobierno de la Habana.
    Y luego, esta vieja loca, la tal Indolente Idolidia escribiendo un libro para magnificar a los asesinos… por Dios.
    Esta son la gente que de verdad le hacen el trabajo al comunismo.

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